Los primeros casos de pederastia cometidos en el seno de la Iglesia empezaron a conocerse en la década de los noventa del siglo XX en EEUU y en Irlanda, casi todos ellos en escuelas u orfanatos. En algunos casos, también surgieron escándalos de abusos sexuales en seminarios para la formación del clero. Animados por las denuncias de las primeras víctimas, se presentaron muchas más, tanto en esos dos países como en otros.
En Irlanda, varios informes revelaron que el abuso de menores en centros católicos eran una práctica común y constante. El Informe Ryan, el más desgarrador, elaborado por la comisión investigadora de abusos de los niños en ese país, denunciaba la connivencia de la Iglesia con la policía y la fiscalía para encubrir los casos de pederastia. Las estimaciones hablaban de miles de menores afectados por parte de la Congregación de los Hermanos Cristianos, encargados de gestionar las escuelas y orfanatos católicos de propiedad estatal. En 2009, los obispos Murray, Moriarty, Field y Walsh presentaron su dimisión, y meses después, el papa Benedicto XVI asumió las riendas de la investigación y publicó una extensa carta pastoral en la que expresaba su vergüenza por lo ocurrido en Irlanda.
Australia ha podido comprobar unos 620 casos de abusos sexuales a menores desde la década de 1930 hasta la actualidad, mientras que en Alemania se recibieron casi tres mil denuncias. Sólo doscientas de ellas se pudieron constatar en colegios de jesuítas donde 14 personas fueron acusadas, no sólo religiosos sino también profesores laicos. En el Reino Unido, el obispo de Aberdeen, en Escocia, Hugh Gilbert, llegó a pedir disculpas por los abusos sexuales que se cometieron en escuelas católicas escocesas. El mismo cardenal Keith O'Brien, un ferviente activista contra el matrimonio homosexual en su país, renunció a su puesto después de hacerse públicas sus relaciones con seminaristas británicos en la década de 1980. O'Brien dimitió poco antes del cónclave en el que salió elegido el papa Francisco, por lo que el Reino Unido no tuvo ningún representante en la elección.
En México no hay una investigación general, pero su caso más conocido fue, sin duda, el que afectó al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. Varias denuncias le implicaron en supuestos casos de abusos contra menores y contra seminaristas, pero Maciel falleció antes de que se pudiera tomar alguna medida legal contra él. No sólo la Iglesia, en aquel momento encabezada por Juan Pablo II, sino los propios Legionarios de Cristo, negaron sistemáticamente la culpabilidad de Marcial Maciel. Fue Benedicto XVI quien, después de un proceso canónico interrumpido, ordenó el retiro de Maciel en el año 2006, apartándolo del sacerdocio. Cuatro años después, la Legión de Cristo admitió los casos de abusos sexuales de su fundador y reconoció la existencia de varios hijos nacidos de relaciones secretas de Marcial Maciel en el pasado.
Junto a estos casos, también se han denunciado abusos en muchos otros países, aunque no en todos han podido ser probados. En Polonia, un capellán militar fue acusado de 17 casos. En Brasil, varios sacerdotes fueron apartados mientras se les investigaba por pederastia. En Francia se constataron 11 casos entre 1985 y 1996. En Malta se presentaron pruebas de una decena de víctimas implicando a medio centenar de religiosos, mientras que en Suiza, se abrió un canal para la recepción de denuncias y llegaron aproximadamente unas sesenta.
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