martes, 7 de febrero de 2017
Mis archivos de audio y yo. Cuando acumulo el suficiente enfado activo la grabadora del teléfono y me pongo a insultar y me quedo muy a gusto. La grabadora es muy fácil de usar. Es mejor que escribir porque solo tienes que hablar. Es divertido y se pasa el enfado. Las grabaciones son privadas y al que no le guste mala suerte. Este es el imperio de mi intimidad. Una persona tienen muchas facetas y yo estoy cansada de decir que tengo que revisar muchas de ellas si salgo de todo esto que me pasa. Voy a seguir haciéndolo. Voy a seguir grabando improperios en el teléfono. Luego ya no me acuerdo de lo que he grabado y ni siquiera lo borro porque me da igual y me da igual lo que piense la gente de mi. Yo no soy nadie importante y eso tienen sus ventajas. No os voy a explicar los diferentes matices de mi personalidad y porqué tienen sentido porque me aburriría a mi misma y me da igual lo que piense quien oiga mis archivos. De hecho todas las facetas de mi personalidad pueden haberse visto ya en público donde habia cámaras estos últimos años solo que como yo no estudié psicología tampoco me doy cuenta.
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